El estudio realizado por McKinsey & Co basado en entrevistas a más de 30 CRO con amplia y reconocida experiencia. Este estudio identifica hábitos esenciales que los CRO cumplen siempre. A manera de resumen, los siguientes hábitos: definir explícitamente el propósito y la visión de riesgo y resiliencia; invertir en el desarrollo de líderes; liderar más allá del ámbito del riesgo, colaborar estrechamente con la alta dirección; considerar a los supervisores como aliados; concentrarse en las tareas exclusivas del CRO, integrar perspectivas organizacionales para anticipar amenazas; y monitorear continuamente la propia eficacia y gestión del tiempo.
En esencia, el estudio argumenta que el rol del CRO ha evolucionado, requiriendo ahora una perspectiva estratégica y proactiva para fomentar una cultura de resiliencia y asegurar el éxito a largo plazo de la institución. Ahora veamos como se aplican estos hábitos para lograr un gestión efectiva de los riesgos de cada empresa.

El estudio describe seis prácticas clave para fomentar una cultura de resiliencia en las instituciones financieras. Estas prácticas, en conjunto, ayudan a integrar la resiliencia en la estructura misma de la organización, creando un entorno en el que la gestión de riesgos es parte integral de la cultura y las operaciones. A continuación detallamos cómo cada práctica contribuye a este objetivo:
1. Ser explícito sobre el propósito, la visión de riesgo y resiliencia, y promover una cultura de conciencia de riesgos
Al definir claramente una visión de resiliencia a largo plazo, los CRO proporcionan un «norte» para toda la organización. Esto va más allá del mero cumplimiento normativo, incorporando valores que se alinean con la gestión, los accionistas y las comunidades a las que sirve la institución. Esta visión compartida fomenta la toma de decisiones basada en principios y la comunicación transparente sobre los riesgos, lo que lleva a una mayor comprensión y tolerancia al error.
2. Invertir, empoderar y crear la próxima generación de líderes de riesgos y otros líderes
Los CRO resilientes construyen equipos diversos con diferentes perspectivas y experiencias, fomentando el intercambio de conocimientos y la rotación de roles dentro y fuera de la función de riesgo. Invierten tiempo en conocer a su equipo, brindan retroalimentación constante y fomentan una cultura de vulnerabilidad y crecimiento. Esto crea un entorno en el que los líderes de riesgos emergentes pueden prosperar y estar preparados para la sucesión.
3. Liderar más allá del riesgo al involucrarse profundamente con otros líderes de nivel ejecutivo y la alta dirección para lograr objetivos comerciales, de resiliencia y de riesgo
Los CRO resilientes cultivan relaciones sólidas con la alta dirección y el equipo ejecutivo, comunicándose con frecuencia y generando debates abiertos sobre los riesgos. Se convierten en traductores, adaptando el lenguaje técnico de la gestión de riesgos al lenguaje empresarial, y participan activamente en las decisiones comerciales estratégicas. Esta integración garantiza que el riesgo y la resiliencia estén sincronizados con la misión general de la organización.
4. Tratar a los supervisores como socios y ser totalmente transparente
Los CRO eficaces construyen relaciones de colaboración con los supervisores, comprendiendo sus prioridades y perspectivas. Se comunican de manera proactiva, transparente y frecuente, evitando sorpresas y fomentando la confianza. Esta asociación permite un intercambio de conocimientos y una influencia en la formulación de políticas que benefician tanto a la institución como al entorno regulatorio.
5. Enfocarse en lo que solo el CRO puede hacer integrando información de toda la organización
Los CRO tienen una visión única de toda la organización, lo que les permite identificar problemas transversales y construir resiliencia para eventos futuros. Aprovechan esta perspectiva para equilibrar los objetivos a corto plazo con la sostenibilidad a largo plazo, tomando decisiones difíciles y gestionando los recursos de manera estratégica. Esta capacidad de «ver a la vuelta de la esquina» es fundamental para preparar a la institución para enfrentar futuras crisis.
6. Monitorear continuamente la efectividad personal y tomar medidas para administrar el tiempo
Los CRO resilientes son conscientes de cómo administran su tiempo, establecen metas y priorizan tareas. Buscan retroalimentación de diversas fuentes, mantienen un equilibrio entre la vida laboral y personal y desarrollan una «círculo de confianza» para obtener apoyo y orientación. Este enfoque en la autogestión y la autorreflexión garantiza su propia sostenibilidad a largo plazo, lo que les permite liderar de manera efectiva y servir como modelos a seguir para sus equipos.
Al adoptar estas seis prácticas, los CRO no solo gestionan eficazmente los riesgos, sino que también inculcan una cultura de resiliencia en toda la institución financiera, preparándose para prosperar en un panorama empresarial en constante cambio.
Recomendamos leer el artículo completo en el sitio web de McKinsey & Co: https://www.mckinsey.com/capabilities/risk-and-resilience/our-insights/the-six-habits-of-highly-successful-chief-risk-officers